Sunday, September 03, 2006

El Gabo de madrugada

No recuerdo qué estaba haciendo antes de sentir unas desbordantes ganas de leer al Gabo. Creo que de pronto me vino esos flashes del pasado que a menudo (unas cinco veces diarias) me atraviesan el cerebro y es cuando surge la duda, la risa, la verguemza y más risas. Como sea, de pronto no sabía si es que alguna vez terminé de leer su libro o solo lo dejé tirado como la casa de los espíritus que compré en un remate de 5 soles. Dos horas después y luego de haber rebuscado entre unos niños del Brasil y la luna de locos que soñe en mi temprana pudertad, encontré el intento de biografía del Gabo. Y sí, lo había terminado de leer hace ya unos años. Supongo que ese es el problema de escribir finales insulsos pero geniales: que nunca los recuerdas.

Chicha

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