Descartes, Armando, Sueños, Mundo, Almohada, Yo

Casi no tengo tiempo para dejar de pensar en nada. Casi no tengo tiempo para morir... o para reir... casi no tengo tiempo para dejar de ser yo.

Entró en la habitación, hizo lo habitual, casi 20 minutos después se acercó.

-¿qué pasó? ¿porqué lloras?- me preguntó
-no estoy llorado- le respondí

Paré las lágrimas, y como de costumbre me di cuenta que es estúpido llorar sin saber porqué, o sabiendo pero sin querer admitirlo.

Un día Armando me contó las veces que juró ante su almohada y ante su guitarra que nunca volvería a enamorarse, y que finalmente terminaba rompiendo su juramento una y otra vez. Al parecer ya no le extrañaba que eso sucediera. Fijó su mirada en un punto en el cielo y con la firmeza de un profeta me dijo que lo mismo pasaría conmigo, "eso le pasa al mundo entero". Sólo lo escuchaba, era como aquellas veces que imaginaba a Descartes leyendome sus fumadas, así de confusas eran sus palabras. La situación era absolutamente comprensible, yo hasta el momento nunca me había enamorado ni se presentaban espectativas de que eso sucediera. En estos días, cuando descubro que sentí "eso" (cagado pero lo sentí), puedo decir que Armando estaba equivocado.

Sí Armando. A diferencia de todo el mundo, yo sí quiero volver a enamorarme, yo sí quiero volver a sentir. Dime tú Descartes si no es estúpido hacer juramentos para luego romperlos, tal vez más estúpido que llorar por nada. Dime Descartes, dime que el mundo no entiende de sueños y que los sueños no entienden de mundos.

Tienes razón Descartes, mi Winamp es una porquería y "Mundo" es muy estúpido para entender que mi almohada detesta llorar conmigo.

ChichaÁcida